jueves, 28 marzo 2024
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El tabaco, su importancia socioeconómica y sus desafíos.

En nuestro país como en el resto de los países productores de todo el planeta, se trata de una de las actividades productivas claves, en el desarrollo social y económico de las regiones donde desarrolla su actividad desde hace más de 100 años.

La difícil situación sanitaria y económica que transita nuestro país y el mundo “ha resaltado una vez más el papel central que juega la producción tabacalera en nuestra región y en el país, y la necesidad de dirigir los esfuerzos a mejorar su productividad de manera sostenible”.
Prueba de ello: “la actividad productiva que desarrolla el productor tabacalero sostiene en las siete provincias productoras del norte de nuestro país en forma directa e indirecta 360 mil puestos de trabajo de los que dependen más de un millón de familias ya que su efecto multiplicador y dinamizador de la economía hace que miles de pymes, comercios y emprendedores puedan seguir trabajando”.
Razón por la cual “es necesario fortalecer este sector productivo que ha contribuido y sigue contribuyendo al desarrollo socioeconómico del norte del país y la pandemia puso en evidencia que la agroindustria tabacalera sigue siendo la matriz productiva por excelencia y el pilar fundamental de la región”.
Otro punto a destacar “es el modelo de producción logrado a través de un sector organizado donde los productores se encuentran asociados en cada provincia en cámaras, asociaciones y cooperativas, y a nivel nacional en una federación”.
Esto les ha permitido “lograr una producción eficiente de buenos rindes y calidad reconocida en los principales mercados del mundo, y mejorar las condiciones de vida tanto de los productores como de sus trabajadores”.
En este sentido “se destacan en materia de responsabilidad social empresaria, llevando adelante diferentes programas sociales y ambientales en beneficio de la niñez y comunidad en general”.
Algunos de los desafíos que se plantean para los productores tabacaleros en nuestro país son: “la reconversión de la actividad, la búsqueda de actividades complementarias que compensen la disminución de sus ingresos, y adaptarse al nuevo esquema de producción y comercialización, trabajando sobre los costos, buenas prácticas agrícolas, trazabilidad y calidad del tabaco”.
IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD
En la Argentina, la producción tabacalera está concentrada en la región Noroeste (NOA) y Noreste (NEA), siendo una importante actividad económica que estimula el desarrollo social y productivo de las provincias de Misiones, Salta, Jujuy, Chaco, Catamarca, Corrientes y Tucumán, en las cuales muchos departamentos y localidades dependen casi totalmente de la actividad tabacalera.
Desde el punto de vista socioeconómico y productivo, al igual que sucede en el resto de los más de 100 países productores, es el cultivo con mayor rentabilidad en explotaciones de pequeña escala y en zonas donde otros cultivos no resultan viables o bien tan rentables. El cultivo de tabaco es el principal demandante de mano de obra por unidad de superficie del sector agropecuario; con alrededor de 120 jornales por hectárea según zonas, supera de manera rotunda otros cultivos como la soja, el trigo o el maíz, que necesitan 0,44 jornales por hectáreas.

Por Martín Miguel Llanos

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